«Escribir es la manera más profunda de leer la vida».- Francisco Umbral

Me gusta escribir. Lo descubrí cuando empecé a llevar un blog/diario durante mi año en Ginebra. Aunque desde antes escribía (en la adolescencia escribía fan-fiction y editaba el boletín escolar de mi secundaria) no fue hasta que comencé mi blog (porque «toda niña que viaja por primera vez a Europa tiene un blog», dijo mi amigo Gabriel) que me di cuenta cuánto lo disfrutaba, me encantaba dedicar de vez en cuando unos minutos de mis días para relatar lo más relevante de mi estancia. Reflexionar sobre todos los cambios que estaban ocurriendo en mi vida era terapéutico , me relajaba.

Dejé de escribir cuando volví de Europa, y creo que eso hizo aún más difícil mi regreso «a la realidad». En cuanto llegué a Australia traté de retomar el hábito pero fue aún más difícil…

¿Por qué?

Como dice la frase que titula esta entrada (usualmente así se titulaban las entradas de mis blogs, con frases), «escribir es la manera más profunda de leer la vida»… y no todo mundo está dispuesto a observar su propia vida, leerla, reflexionar sobre ella y tratar de entenderla.

En Australia, yo no quería analizar mi vida. Según yo era para alejarme del drama pero lo único que hacía era alejarme cada vez más y más de mi misma. Al negarme a observar la verdad, lo que estaba haciendo mal, fui cayendo en una espiral de errores que no pude detener hasta que toqué fondo.

¿A qué viene esta historia?

A que no he escrito en las últimas 6 semanas. Volver de Cancún fue más difícil de lo que esperaba; entre viajes, visitas, estrés y algunos días de nostalgia y tristeza, no encontraba los ánimos ni la motivación para escribir.

O simplemente no estaba dispuesta a leer mi vida…

Este blog es aún mi hobbie y aunque a simple vista parece un blog de viajes en realidad lo utilizó también como un espacio para reflexionar sobre distintos acontecimientos de mi vida (por si no lo han notado). Estas últimas 6 semanas no quería pensar en nada… o más bien pensaba en todo, tanto que no me permitía parar y escuchar, más que a mi mente, a mi corazón.

Pero en las últimas semanas he estado dedicando más tiempo a mi, reinventándome, retomando el control de mi vida. He trabajado en liberar mi mente, encontrado nuevas cosas que me motivan, creando nuevos hábitos y retomado viejos… como escribir.

Sé que si este fuera mi trabajo no tendría excusas para escribir, sin importar si me sintiera bien o mal tendría que hacerlo. Afortunadamente aún tengo la libertad de ir a mi ritmo…

Así que Wanderlau está de vuelta, con nuevas historias y nuevos destinos. Lista para seguir reinterpretando la vida.

¡Nos leemos el jueves!

Es mi cumpleaños 😉

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