20 veces que extrañas a tu mamá cuando vives en el extranjero

Para muchos de nosotros nuestro viaje al extranjero significa también la primera vez que dejamos el techo de nuestros padres. Vivir solos de una vez por todas nos vuelve más independientes, nos hace aprender muchas cosas y darnos cuenta del arduo trabajo que hace nuestra mamá día con día. Todas las madres, así hayan decidido ser amas de casa o perseguir una carrera profesional, realizan un trabajo invaluable y estar lejos de ellas nos hace apreciar todas las tareas que hemos dado por hecho a lo largo de nuestra vida.

Dedico esta entrada (además de a mi mamá) a todos los que están lejos de su madre no sólo en el extranjero, si no en otra ciudad (¡como mi hermana!) o incluso a quiénes han perdido a la suya . Vivir lejos de los abrazos de mamá no es fácil pero es algo que todos debemos aprender a sobrellevar con el tiempo.

Mamá, creo que no dije suficientes veces «te extraño» los meses que estuve lejos pero estas son 20 veces (de las tantas) que te extrañé…. Y estoy segura que tú también extrañas a tu mamá en estas situaciones:

1. Cuando te despides de ella en el aeropuerto, sabiendo que será la última vez que la verás en persona dentro de varios meses. El último beso, el último abrazo. Aún así, estando con ella, la extrañas.

2. Cuando llegas a tu nueva casa (que no se parece nada a tu antiguo hogar) y mamá no está ahí para darle los buenos días.

3. Cuando no se te ocurre qué cocinar con la comida que tienes en el refrigerador (si tienes).

4. Cuando vas al supermercado y tratas de recordar los ingredientes exactos para preparar el platillo que tanto te gusta que prepare tu mamá (y es imposible encontrarlos porque son únicos de tu país).

5. Cuando tu comida no sabe como la de tu mamá.

6. Cuando entras a alguna tienda de souvenirs en uno de tus tantos viajes y al ver un recuerdito pienses «este le encantaría».

7. Cuando ves a los niños en el parque jugando con sus madres, cuando tus amigos locales te presentan a su familia ¡o peor!, cuando sabes que la mamá de uno de tus amigos internacionales irá a visitarlo.

8. Cuando te sientes homesick.

9. Cuando te enfermas… y no sabes qué medicinas tomar de todas las que llevaste en tu maleta, cuando no hay quién te consienta con una sopa caliente o simplemente te mime porque estás tan enfermo que no puedes levantarte de la cama.

10. Cuando te desvelas estudiando hasta altas horas de la madrugada para pasar el examen final más difícil que has tenido en tú carrera (tal vez porque la materia es en otro idioma o porque nunca asististe a las clases) y tú mamá no despierta de vez en cuando para ver si ya casi terminas.

11. Cuando el shock cultural es tan fuerte y tu vida va dando giros de 360 grados cada minuto que sientes que si te relajas un momento tu mundo colapsará en instantes.

12. Cuando te enamoras del chico australiano que conociste una noche en el bar (y con quien saliste durante todo tu intercambio)…

13. … y cuando te rompe el corazón el haber sido separados «por la distancia».

14. Cuando te encuentras en una situación de peligro (desde una turbulencia hasta un asalto) y lo único que piensas es qué pasaría si no volvieras a ver a tú mamá.

15. Cuando te gustaría llamar a tu mamá y contarle sobre lo increíble que fue tu día en la escuela, el trabajo o viajando… pero por la diferencia de horario llamarla en ese preciso momento significaría despertarla a media noche.

16. Cuando has tenido un día terrible, cuando las lágrimas no se contienen, cuando te sientes vulnerable y sabes que lo único que necesitas es un abrazo de ella.

17. Cuando es su cumpleaños, el día de las madres, Navidad y todos y cada uno de los días «especiales» en los que siempre solías estar ahí, con ella.

18. Cuando necesitas a alguien en quién confiar, alguien que te conozca tanto como lo hace tu madre.

19. Cuando estás a punto de rendirte, cuando después de días enteros viajando con una mochila en la espalda sientes que ya no puedes más, cuando te pasa de todo y necesitas palabras de ánimo.

20. Cuando estás viendo el atardecer más bello, la arquitectura más increíble o el paisaje más hermoso… y mamá no está a tu lado para verlo también. Sueñas con que un día ella también pueda verlo y que puedan verlo juntos.

Gracias mamá por motivarme a dar siempre lo mejor de mi. Gracias por apoyarme en todos mis sueños. Gracias por dejarme ser libre… sin importar que ello signifique distancias de miles de kilómetros entre nosotras. Sé que estás junto a mi a pesar de todo.

Te amo. Feliz día.

¿Y a tí? ¿Qué otras ocasiones te hacen recordar a tú mamá?

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